He estado involucrada en el Mercado Inmobiliario de Marbella la mayor parte de mi vida . 25 años viviendo y trabajando en este mundo viendo preciosos hogares e impresionantes propiedades nunca dejará de sorprenderme el ver como siguen habiendo propiedades que te hacen pararte y dejarte llevar por el “feeling” y enamorarte de ello.
Es habitual escuchar a nuestros clientes decir que “…esa casa tiene algo especial…” pero que es ese “algo” ¿Será Feng Shui? ¿Será el estilo? ¿Será el diseño? ¿Quizás la luz? Supongo que todos y cada uno de nuestros clientes tienen una lista de características que buscan en una propiedad y la combinación de tan solo algunos de esas características pueden hacer que nos enamoremos y consiga emocionarnos.
Una de estas propiedades para mi fue esta villa recientemente listada a tan solo un paseo del centro de Marbella y de la playa. Me enamoré. Fue esa combinación de un estilo provenzal exquisito fusionado en perfecta armonía con un toque moderno y una distribución ideal de su interior provocó ese “feeling”, podía verme ya allí viviendo.
Después de visitar tantísimas propiedades creí que sería ya inmune a esta sensación. Supongo que parte de nuestra personalidad o nuestra visión pasa a un segundo plano, y es mas bien cómo nos vemos a nosotros mismos, el estilo de vida que queremos, y los lugares que tienen sentido para nosotros. Podemos imaginarnos leyendo un buen libro en esa silla en el jardín, o una buena cena con amigos en el comedor, o quizás sentado junto a la chimenea relajándonos después de un largo día – todas estos detalles sólo tienen sentido cuando hemos encontrado esa casa especial que te provoca “ese sentimiento” que te emociona.
Es una maravillosa parte de nuestra profesión el poder visitar y ofrecer tantas propiedades impresionantes.
A veces volvemos a tener en venta casas que ya hemos vendido hace años y vemos los cambios . Hay propiedades que son reformadas y cambian por completo que a veces hasta cuesta reconocerlas, se diseñan, se construyen y se convierten en nuevas casas soñadas.
Una cosa tendré por seguro y es que nunca voy a subestimar este “feeling” – supongo que realmente todo se reduce a una mera cuestión de gusto.
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